Percepciones asociadas a conductas
sexuales de riesgo
Perceptions associated with
risky sexual behaviors
Luis Fernando Rodríguez
Pérez1, Antonio Becerra Hernández2
1.
Licenciatura en Psicología, Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.
Villahermosa, Tabasco, México.
2.
Doctor en Estudios Organizacionales, Profesor investigador de tiempo completo,
Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. Villahermosa, Tabasco, México.
DOI: 10.19136/hs.a21n2.4562
Artículo
Original
• Fecha de recibido:
30 de mayo de 2021 • Fecha de aceptado: 30 de septiembre de 2021 • Publicado en
línea: 8 de abril de 2022
Autor de
Correspondencia
Luis Fernando Rodríguez Pérez. Dirección postal:
Ranchería la Huasteca 2da. Sección S/N, Carretera Villahermosa-Teapa km 25. C.P. 86290 Villahermosa, Tabasco, México
Correo electrónico: lfrp1708@gmail.com
Resumen
Objetivo: Identificar en un grupo de jóvenes
tabasqueños las percepciones asociadas con conductas sexuales de riesgo.
Material y métodos: Se trata de
un estudio mixto y transversal, realizado con un muestreo no probabilístico a
conveniencia de 60 personas, quienes cumplían con los criterios de inclusión (18-25 años) pertenecientes al estado de Tabasco,
30 hombres y 30 mujeres. Se les aplicó la encuesta de
salud y hábitos sexuales.
Resultados: Las mujeres señalaron como sus
mayores fuentes de educación sexual a los médicos (30%) y a sus madres (23%);
mientras que, en el grupo de los hombres, fueron médicos, amistades, libros, etc. Para la percepción
de riesgo de contraer
VIH con el comportamiento sexual actual, los hombres percibieron mayor riesgo
de contagio que las mujeres. Relacionado con las medidas
que protegen del VIH,
el uso del preservativo fue el método identificado
como el más seguro, tanto en hombres (96.66%) como en mujeres
(100%). En segundo
lugar, se reconoció la opción “hacerse pruebas con frecuencia”; sin embargo, el 65% señaló nunca haberse realizado
la prueba de VIH. Acerca del uso de los preservativos, en ambos grupos,
predominaron respuestas, tales como, “son complicados de usar”, “crean desconfianza en la pareja”, entre otras. Sobre la percepción
de los mecanismos a través de los cuales se
podría adquirir el VIH, los 60 (100%) encuestados marcaron que el VIH se transmite a través
de las relaciones sexuales; sin embargo,
la opción “por picadura de mosquito” fue elegida por 3 (10%) hombres y una
mujer (3.33%).
Conclusiones: Las percepciones erróneas
pueden ser determinantes para acceder a prácticas sexuales inseguras. Identificar las percepciones equivocadas, las fuentes,
calidad y veracidad de la información en temas de sexualidad, así como los factores
de riesgo y de protección, puede servir para diseñar intervenciones
psicoeducativas eficientes, como
estrategia de prevención para los adolescentes y los jóvenes.
Palabras clave: Percepciones; Experiencia sexual; Conductas
sexuales de riesgo; Fuentes de información.
Abstract
Objective: To identify youth perceptions
associated to risky sexual behaviors in a group of teenagers from Tabasco.
Material and methods: It is a
mixed, cross-sectional study with a non-probabilistic sampling which was carried
out at the convenience of 60 people who met the inclusion criteria (18-25 years old) belonging to the state of
Tabasco, consisting of 30 women
and 30 men. Health and sexual habits surveys were applied to them.
Results: Women indicated doctors (30%) and
their mothers (23%) as their main sources of sexual education; while, in the
group of men, they referred to doctors, friends, books, etc. For the perception
of risk of acquiring HIV with current sexual behavior, men perceived
a higher risk of infection
in comparison to women. In relation
of measures that protect against HIV, the use of condoms was identified
as the safest method, both in men (96.66%)
and in women (100%). The second safest
option they referred to was “to get tested frequently”; however, 65% reported never having
an HIV test in the past. Regarding the use of condoms, in both groups,
responses predominated, such as, “they are difficult to use”, “they create mistrust in the partner”, among others. Concerning about
the perception of mechanisms through which HIV could be acquired, 60 participants (100%) indicated that HIV
is transmitted through sexual intercourse; however, the option “by mosquito bite” was chosen by 3 men (10%) and
one woman (3.33%).
Conclusions: Wrongful perceptions can be decisive
in the practice of unsafe sexual practices. Identifying misperceptions,
sources, quality and veracity of information on
sexuality issues, as well as risk and protective factors,
can be useful to design
efficient psychoeducational interventions as a prevention strategy for adolescents and the youth.
Keywords: Perceptions; Sexual experience; Risky
sexual behaviors; Sources of information.
Introducción
Se considera una conducta sexual de riesgo aquella que puede provocar
resultados perjudiciales derivados de la actividad sexual tales como: (a) tener
sexo sin protección/ anticonceptivos; (b) sexo como profesión (donde se incluye
tanto ejercerlo como
participar en actividades
sexuales con profesionales); (c) mantener relaciones sexuales bajo el efecto del alcohol/drogas; (d) tener sexo con múltiples
parejas; (e) participar del sexo casual (parejas sexuales casuales); y (f)
practicar sexo con un compañero con una infección de transmisión sexual (ITS)1.
Por otro lado, Saeteros et al2 consideran a las conductas
sexuales de riesgo como la exposición del individuo a una o varias situaciones. De acuerdo con esta definición se establece como prácticas sexuales de riesgo, el inicio temprano
de relaciones sexuales, las múltiples parejas, la infidelidad sexual y el
consumo de drogas (incluido el alcohol) dado de forma concomitante a estas
prácticas y por supuesto el no uso de métodos de protección y anticonceptivos.
Las conductas sexuales de riesgo ya no se distinguen solo como producto
del desconocimiento de cómo protegerse, pues
la mayoría de los jóvenes
sabe las diferentes estrategias; sin embargo, se presentan altos índices de riesgo por no
usar el preservativo y por las
relaciones sexuales a edades cada vez más tempranas. Estos planteamientos ponen
en evidencia que las conductas y prácticas sexuales
trascienden a hechos que van más allá del conocimiento sobre los métodos
de protección, pues diferentes investigaciones muestran factores de orden
subjetivo que están
involucrados en los comportamientos sexuales ejercidos por los jóvenes3.
Entre los estudios que demuestran que el conocimiento sobre los métodos de protección sexual no es una garantía de su uso, se encuentra el de Ruiz et al.4, quienes trataron de identificar la asociación entre el mayor conocimiento
en áreas del cuidado de la salud, que presumiblemente tienen los estudiantes de medicina, y el desarrollo de actitudes y comportamientos
saludables en el área sexual y reproductiva.
Si bien la hipótesis tenía
sentido teóricamente, los resultados demostraron que a pesar de que los estudiantes
poseían mayor conocimiento acerca de aspectos específicos de la salud sexual y
reproductiva, su comportamiento no se diferenció del de otros jóvenes que no tenían el mismo grado
de conocimiento al respecto.
Por otro lado, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT-2018), con relación al uso de métodos
anticonceptivos en la primera relación
sexual, señala que del total de adolescentes de 12 a 19
años que reportaron haber iniciado vida sexual, 19.1% (14% de los hombres
y 26.1% de las mujeres) no utilizó métodos
anticonceptivos.
Con
respecto a la última relación sexual, 21.1% (15.8% de los hombres y el 28.5% de
las mujeres) no utilizaron ningún método anticonceptivo. En cuanto a las infecciones
de transmisión sexual (ITS), 3.7% de la población adolescente reportó haber
recibido consulta médica o tratamiento en los últimos 12 meses, lo que puede
reflejar prácticas sexuales
no protegidas. El 15% de los adolescentes declaró alguna vez haberse realizado
la prueba de VIH y de éstos,
88.2% conoce el resultado5.
El panorama expuesto
demuestra el grave problema de salud
pública que puede ubicarse en la población mexicana de adolescentes y jóvenes.
Un estudio realizado en los 32 estados de la República Mexicana, con estudiantes entre 14 y 19 años, indicó que, en
promedio, la vida sexual empieza a los 16 años. Este dato
es importante porque el inicio temprano de la vida sexual
se ha asociado con un mayor número de parejas
sexuales y un menor número de relaciones sexuales protegidas; con la repetición o suspensión del curso
escolar; con un nivel económico desfavorecido; con ser varón; con consumo de
alcohol, tabaco o con poco tiempo compartido con la madre o el padre; con tener
la percepción de no recibir educación por parte de la madre, y con no vivir con
el padre5.
Destacando la importancia de las percepciones en el ejercicio de las
relaciones sexuales de riesgo, podemos definirlas como aquellos contenidos
de información que son
integrados a lo largo de la vida y a
través de ellas regimos nuestra conducta y como distinguimos el mundo. En esencia,
desde la perspectiva de la Terapia Cognitiva (TC) defendida
por Aaron Beck, los esquemas
cognitivos (percepciones centrales) son reglas de funcionamiento mental que organizan
la experiencia y orientan la conducta del
individuo6. Las
percepciones que se crean alrededor de temáticas sexuales son un punto clave
para entender como las personas ejercen y viven su sexualidad.
Algunos autores han establecido como variables predictoras para no usar el preservativo las falsas percepciones sobre la sensibilidad en las relaciones, la falta de conocimientos,
el haber tenido pocas relaciones y éstas no haber sido planificadas, y/o el tener una pareja estable y sentirse
menos vulnerable7.
Asimismo, las conductas sexuales de riesgo forman un tema de relevancia debido a los altos índices
de enfermedades de transmisión sexual, entre ellos el
VIH/SIDA, del cual se tienen datos de la ONUSIDA8
de 37.6 millones de personas viviendo con la enfermedad en todo
el mundo hasta la actualidad.
Investigaciones sobre comportamientos de riesgo sexual, VIH y SIDA señalan
que existen incrementos en el número de personas infectadas,
especialmente en la población adolescente y joven, que se encuentra entre los
15 y los 24 años. Por otra parte, en Colombia,
una investigación sobre iniciación sexual reporta que las edades de
inicio oscilan entre los 15 y los 18 años, sin diferencia de género, con uno,
dos o cuatro compañeros sexuales3.
Mendoza et al.3 manifiestan que el inicio de la actividad
sexual en adolescentes es cada vez más precoz y se da un bajo uso de
anticonceptivos (condón y pastillas orales). Además de lo anterior, se ha encontrado que el poco control de
los padres en la adolescencia y las presiones del entorno social para tener sexo, son los factores más significativos en la incidencia de la precocidad sexual.
Por lo antes expuesto, el objetivo de la presente
investigación fue identificar las percepciones que se encuentran arraigadas en jóvenes tabasqueños que puedan ser detonantes de
contactos sexuales riesgosos.
Materiales y métodos
Se trata de una investigación con un análisis
no probabilístico a conveniencia9. Como instrumento de medición, se adaptó la “Encuesta de salud y hábitos sexuales”
elaborada por el INE
(Instituto Nacional de Estadística español)10. El cuestionario
final constó de 25 ítems repartidos en tres categorías: a) características sociodemográficas, b) información y experiencia sexual, apartado donde se
recoge información relacionada con los antecedentes que tienen los participantes
en cuanto a información sobre temáticas de salud sexual y, por último, el apartado c) percepciones, en donde se recogen
las percepciones que tienen los participantes sobre los preservativos y otros
temas relacionados con la conducta sexual. Para fines de la investigación, se adaptaron los reactivos de dos secciones
que correspondían a los estilos de vida, salud sexual
y VIH, para distribuirse posteriormente entre los participantes a
través de un enlace electrónico. Los encuestados fueron contactados por medios digitales y se les explicó el
motivo de la investigación aclarando la parte ética y confidencial de sus datos, así como el respeto a su
voluntariedad.
Participaron 60 jóvenes
(30 hombres y 30 mujeres),
entre los 18 y los 25 años, habitantes del estado de Tabasco.
Como parte de los criterios de exclusión, se descartaron aquellas
personas que no tenían una vida sexual
activa y las que vivían con VIH/SIDA. Todos los participantes fueron informados de
estos criterios y se les hizo saber sobre el resguardo y confidencialidad de sus datos, además de que el manejo de la información sólo sería con fines
académicos y bajo normas éticas de privacidad y anonimato. Asimismo,
el presente artículo fue evaluado y aprobado por un Comité
Institucional de Ética en
Investigación. La captura y tratamiento, se realizó con el paquete estadístico Statistic
Package for the Social Science (SPSS), versión 24 para Windows. Para el análisis, se emplearon frecuencias y porcentajes. Se eliminaron las encuestas
no concluidas y aquellas asociadas con los criterios de exclusión.
Resultados
Los resultados reflejaron que las mujeres del presente estudio definen como sus mayores
fuentes de educación
sexual a los médicos (30%) y a
sus madres (23%), mientras que en los hombres las fuentes de información en
temática sexual fueron más variadas (Tabla
1).
Tabla 1. Fuente
de información sobre temas sexuales más importante para los participantes
Fuentes |
Hombres |
% |
Mujeres |
% |
Madre |
3 |
10% |
7 |
23.33% |
Padre |
1 |
3.33% |
1 |
3.33% |
Hermanos (as) |
2 |
6.66% |
0 |
0% |
Pareja |
3 |
10% |
1 |
3.33% |
Otro familiar |
1 |
3.33% |
0 |
0% |
Docentes |
2 |
6.66% |
6 |
20% |
Médicos |
5 |
16.66% |
9 |
30% |
Amistades |
4 |
13.33% |
3 |
10% |
Televisión |
1 |
3.33% |
0 |
0% |
Libros |
4 |
13.33% |
2 |
6.66% |
Ninguno |
4 |
13.33% |
1 |
3.33% |
|
Fuente: Elaboración
propia
Para la percepción de riesgo de cada participante de contraer VIH con el comportamiento sexual actual, se tomó en cuenta
la siguiente escala: ninguno1, poco2, bastante3 y mucho4. En la Tabla 2
se muestra que 3 (10%)
de los hombres mencionaron
percibir bastante riesgo y 1 (3.33%) percibió mucho riesgo. Por parte de las
mujeres, 1 (3.33%) percibió bastante riesgo y 1 (3.33%) percibió mucho riesgo,
concluyendo que la población masculina de esta muestra percibe mayor riesgo de
contagio que las mujeres.
Tabla 2. Percepción
del propio riesgo de contraer VIH de
acuerdo con el comportamiento sexual actual
|
Hombres |
% |
Mujeres |
% |
1.Ninguno |
12 |
40% |
18 |
60% |
2.Poco |
14 |
46.66% |
10 |
33.33% |
3.Bastante |
3 |
10% |
1 |
3.33% |
4. Mucho |
1 |
3.33% |
1 |
3.33% |
Fuente: Elaboración
propia
En la tabla 3 se muestran las medidas que protegen del
VIH de acuerdo con la percepción de cada encuestado. El uso del preservativo fue el método percibido
como el más seguro, tanto en hombres (96.66%) como en mujeres (100%). En
segundo lugar, se identificó la opción “hacerse
pruebas con frecuencia”; sin embargo, el análisis
de los datos nos muestra que, en la práctica, 15 (50%)
hombres y 24 (80%) mujeres, nunca se han hecho una prueba de VIH. Sin embargo, de los 60 encuestados, 45 (75%) refieren
que es el segundo método para prevenir las enfermedades de
transmisión sexual más eficaz.
Es importante señalar que, entre otro de los hallazgos
relevantes del presente estudio, 8 (26.66%) hombres y 8 (26.66%) mujeres en
alguna ocasión tuvieron la percepción de haber contraído VIH a través de una práctica sexual
insegura.
Tabla 3. Medidas
que protegen del VIH de acuerdo con
la percepción de cada participante
Medidas |
Hombres |
% |
Mujeres |
% |
Lavarse las manos |
6 |
20% |
6 |
20% |
Eligiendo correctamente a la
pareja |
16 |
53.33% |
15 |
50% |
Usar preservativo |
29 |
96.66% |
30 |
100% |
Tener pocas
parejas |
11 |
36.66% |
8 |
26.66% |
Pedir una prueba de VIH a la pareja |
16 |
53.33% |
21 |
70% |
Espermicidas |
0 |
0% |
1 |
3.33% |
Nunca prueba
de VIH |
15 |
50% |
24 |
80% |
Preguntar a la pareja por su pasado sexual |
10 |
33.33% |
12 |
40% |
Hacerse pruebas con frecuencia |
24 |
80% |
21 |
70% |
Fuente: Elaboración
propia
Relacionado con la percepción sobre
los preservativos, en la
población masculina se encontraron con mayor frecuencia que en la femenina
opción, tales como,
“son complicados de
usar”, “crean desconfianza en la pareja”, “cortan
el deseo” e “impiden
sentir el cuerpo
del otro”. Dos (6.66%)
hombres y 1 (3.33%) mujer estuvieron totalmente de acuerdo en la creencia que “los preservativos
son complicados de usar”. Tres
(10%) hombres y 6 (20%) mujeres estuvieron algo de acuerdo en la creencia antes
mencionada.
En cuanto a la creencia “se corta
el deseo”, 2 (6.66%) hombres seleccionaron estar totalmente de acuerdo. Por otro
lado, 13 (43.33%) hombres y 4 (13.33%)
mujeres estuvieron algo de
acuerdo en que “impiden sentir verdaderamente el cuerpo del otro”.
En
la tabla 5 se muestra la percepción que tienen los participantes acerca
de los mecanismos a través
de los cuales se podría adquirir el
VIH. La elección más frecuente,
de la cual los 60 (100%)
participantes marcaron como cierta, es que el
VIH se transmite a través de las relaciones sexuales; sin embargo, existieron otras respuestas seleccionadas por los
encuestados en las cuales percibieron una posibilidad de contagio. La opción “en los lavabos públicos” como medio de transmisión del virus fue elegida por 1 hombre (3.33%)
y 4 mujeres (13.33%). “Bebiendo del vaso
de una persona infectada” fue escogida por 5 mujeres (16.66%). “Por picadura de mosquito” fue
marcada por 3 (10%) hombres y una mujer (3.33%). “Estando hospitalizado en el mismo sitio que
una persona con VIH” fue escogida por una mujer (3.33%).
Discusión
De acuerdo con los resultados del presente estudio,
de los 60 (100%) participantes, sólo 8 (13.33%)
mujeres y 8 (13.33%)
hombres se habían realizado la prueba de VIH alguna
vez en su vida. Ello puede estar ligado a diferentes factores como la educación
que se recibe sobre temáticas
sexuales y qué tan distinta es ésta cuando se dirige
a los hombres o a las mujeres, así como la construcción de las percepciones y
la percepción de riesgo ante una conducta sexual que pueda derivar en una enfermedad de transmisión sexual o embarazo no deseado.
Los datos muestran que los hombres y mujeres perciben de forma diferente
las fuentes de información más importantes en relación con la temática sexual.
La población masculina presentó mayor diversidad en sus fuentes de información,
pues mencionaron con frecuencia a las amistades, hermanos, libros o simplemente no recibir educación sexual.
Mientras que las mujeres percibieron a los médicos y a sus madres como sus mayores fuentes
de información. Ello coincide
con los hallazgos de Bárcenas, Robles y Diaz-Loving11, quienes
reportan que los jóvenes hablan frecuentemente con su mamá, especialmente sobre
métodos anticonceptivos, Infecciones de
Transmisión Sexual (ITS) y embarazos. En cambio, la frecuencia en la comunicación
con su papá fue menor, y casi nula
con su pareja.
Por su parte, Romero, Lora y Cañete12, indican que los adolescentes pueden hablar abiertamente de
sexualidad en primer lugar con los amigos (90,8%) y la pareja (80,5%), y en
último lugar con profesores (18,7%), padres (17,4%) y sacerdotes (8,9%). La
fuente más útil para los adolescentes son las revistas
(21%) y profesores (21%), ocupando últimos lugares los padres y el cine/TV, pero que preferirían recibir la
información, en primer lugar, de sus
padres (34%) y de médicos (33%).
Tabla 4. Percepción de los participantes sobre los
preservativos
|
Hombres |
Mujeres |
||||
Creencia |
Totalmente de acuerdo |
Algo
de acuerdo |
Nada
de acuerdo |
Totalmente de acuerdo |
Algo
de acuerdo |
Nada
de acuerdo |
Son complicados
de usar |
2 (6.66%) |
3 (10%) |
25 (83.33%) |
1 (3.33%) |
6 (20%) |
23 (76.66%) |
Crean desconfianza en la pareja |
1 (3.33%) |
7 (23.33%) |
22 (73.33%) |
2 (6.66%) |
0 (0%) |
28 (93.33%) |
Se corta el deseo |
2 (6.66%) |
6 (20%) |
22 (73.33%) |
0 (0%) |
1 (3.33%) |
29 (96.66%) |
Impiden sentir verdaderamente el cuerpo del otro |
0 (0%) |
13 (43.33%) |
17 (56.66%) |
1 (3.33%) |
4 (13.33%) |
25 (83.33%) |
Permiten disfrutar más por la seguridad que dan |
16 (53.33%) |
7 (23.33%) |
7 (23.33%) |
15 (50%) |
6 (20%) |
9 (30%) |
Fuente: Elaboración propia
Tabla 5. Situaciones
donde se puede transmitir el VIH de
acuerdo con la percepción de cada participante
|
Hombres |
% |
Mujeres |
% |
Relaciones sexuales |
30 |
100% |
30 |
100% |
Recibir sangre |
21 |
70% |
24 |
80% |
Lavabos públicos |
1 |
3.33% |
4 |
13.33% |
Bebiendo del vaso de una persona con
VIH |
0 |
0% |
5 |
16.66% |
Picadura de mosquito |
3 |
10% |
1 |
3.33% |
Donar sangre |
10 |
33.33% |
11 |
36.66% |
Relaciones sexuales |
30 |
100% |
30 |
100% |
Estar hospitalizado en el mismo sitio que una
persona con VIH |
0 |
0% |
1 |
3.33% |
Fuente: Elaboración
propia
Relacionado con la prueba de VIH, de los 60 participantes involucrados, 45 (75%) mencionaron
que el hacerse una prueba de VIH con frecuencia
es un mecanismo eficaz para la prevención del virus; sin embargo, 39 (65%) de ellos jamás la han solicitado. Rosario et al.4
señala que la mayoría de sus participantes referían
conocer al menos algún método anticonceptivo, pero reconocieron
no usarlos. Ruiz et al.4 puntualizan que el conocer los métodos anticonceptivos no
garantiza que se utilicen. No
obstante que, si juega un papel importante, el tener relaciones sexuales de riesgo no
es sólo cuestión de información ya que existen
componentes de carácter subjetivo, como las percepciones, que en ciertos
casos pueden ser determinantes para decidir si se usa o no un
preservativo.
Por otra parte, la calidad
de la información en temática de educación sexual se refiriere
al sentido y al significado que tiene, no solo el uso del preservativo, sino involucrar los
componentes sociales y culturales que consideren el ejercicio de la sexualidad responsable. Es decir, profundizar
en aquellos mitos
y percepciones arraigados en determinados
sectores de la población que impiden que los jóvenes consideren el uso de los preservativos y las pruebas
de VIH, como medidas
preventivas.
Los resultados reflejan
que no todos los jóvenes
conocen de forma certera como se transmite el VIH, ya que, sobre
ello, entre las respuestas destacan
“bebiendo del vaso de una persona con el virus”, “en lavabos
públicos”, “por picadura de mosquito” y “estando en el mismo
hospital que una persona
infectada”. Robles et. Al13 afirman
que la información que poseen los adolescentes acerca del VIH/SIDA y otras ITS es muy deficiente
y no
se asocia directamente con el
uso consistente del condón. En esa misma línea, para la presente investigación se repite un patrón de desinformación y posible determinante de riesgo al encontrar
respuestas como que los preservativos “impiden sentir verdaderamente el cuerpo del otro”, “se corta el deseo” y “crean desconfianza en la pareja”.
Asimismo, una percepción relacionada a esta deficiente
calidad de la información es aquella referente a la dificultad para usar un
preservativo, en donde 2 hombres y 1 mujer,
respectivamente, estuvieron “totalmente de acuerdo”; 3
hombres y 6 mujeres estuvieron “algo de acuerdo” en que
“los preservativos
son complicados de usar”.
Al respecto, Ruiz et al.3
indican que, si bien la información
no basta para poder influir en los jóvenes a que ejerzan conductas sexuales responsables,
sigue siendo un factor de relevancia, en especial
cuando nos referimos a la calidad
de la educación sexual, para
que incluya, además de información técnica y general, los aspectos psicológicos
y sociales de la problemática. Robles et.
a1l13 sugieren que la comunicación con padres
promueve un estilo de colaboración-equidad mientras que la falta de
comunicación con ellos hace más probable que los adolescentes usen un estilo de
negociación que resulta poco efectivo para convencer a la pareja de que se
protejan.
Conclusión
Los resultados únicamente presentan las percepciones de un grupo de jóvenes entre 18 y 25 años (30 hombres y 30
mujeres) que radican en el estado de Tabasco,
por lo cual no son generalizables y tampoco pueden
extrapolarse a otras entidades federativas. Sin embargo, si proporcionan algunos hallazgos para
futuras investigaciones sobre este tópico.
Las percepciones que se tienen sobre temáticas sexuales se forman a
través de nuestra educación, de los procesos de socialización y por medio de las propias experiencias. Al respecto, es importante
destacar que la diferencia existente entre hombres y mujeres fue notable en
esta investigación desde que se mencionaron cuáles son, según el género, las
fuentes de información más importantes de cada participante sobre temáticas
sexuales, Se concluye que la población masculina del grupo de jóvenes investigado puede encontrarse en mayor riesgo de involucrarse en relaciones
sexuales inseguras.
Habremos de reconocer que la subjetividad, roles y estereotipos de género, en nuestra sociedad, así como
las fuentes de información y comunicación, pueden ser factores
determinantes que contribuyen de manera importante en el ejercicio de la
sexualidad de los adolescentes y jóvenes. Las percepciones pueden ser
determinantes para acceder a prácticas
sexuales inseguras. Identificar las percepciones perjudiciales, las fuentes, calidad y
veracidad de la información en temas de sexualidad, así como los factores de riesgo y protección, pueden servir para
diseñar intervenciones psicoeducativas eficientes, como estrategia de prevención
para los grupos antes señalados.
Conflicto de
intereses
No hay ningún tipo de conflicto de interés sobre el presente artículo científico titulado “Percepciones asociadas
a conductas sexuales de riesgo”.
Contribución de los autores
Conceptualización y diseño,
L.F.R.P, A.B.H; Adquisición de datos y Software, L.F.R.P, A.B.H.; Análisis e interpretación
de datos, L.F.R.P; Investigador Principal, L.F.R.P., Investigación, L.F.R.P;
Redacción del manuscrito— Preparación del borrador original, L.F.R.P, A.B.H;
Redacción revisión y edición del manuscrito, L.F.R.P, A.B.H.; Visualización,
L.F.R.P, A.B.H.; Supervisión, Asesoría y
Coautoría A.B.H.; Adquisición de fondos L.F.R.P.
Agradecimiento
Esta investigación fue posible gracias a la participación de hombres y
mujeres que dieron su consentimiento para ser parte del presente estudio.
Referencias
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[Internet].2019 dic [citado
2021 mayo 24]; 23(6): 954-968.
Disponible en: https://www.medigraphic.com/cgi-bin/new/resumen.
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2. Saeteros R, Pérez J, Sanabria G. Conducta de riesgo y problemas
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Hum Med [Internet] 2015 dic [citado 2021 mayo 24];
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Disponible en: https://www.
redalyc.org/articulo.oa?id=21331836009
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